Consiliarios

Se sentó en mi sitio
Conocí a Denis cuando él tenía seis años. Actualmente vive en un centro para personas con discapacidad. Denis tiene trisomía. Al contrario de la mayoría de personas con trisomía, Denis es muy frío y nunca abraza a nadie.
Nos fuimos a un campamento, de vacaciones. En la misa, nos reunimos unas veinte personas alrededor del altar. Después de haber comulgado, cada uno se ponía a rezar y a cantar. Cuando quise ir a sentarme en el asiento reservado para el sacerdote, Denis se sentó en mi sitio. ¿Qué iba a hacer yo? ¿Impedírselo? ¿Permitírselo? ¿Sentarlo en mis rodillas? ¿Sentarme en el suelo a su lado? Me senté en el suelo.
Poco después, Denis se bajó de su asiento, se acercó a mi y me abrazó. ¡Algo totalmente inusitado! A continuación, Denis abrazó a todos y cada uno de los presentes. Este extraordinario acontecimiento nos marcó mucho a todos. 
Por la tarde, los miembros del equipo comentamos lo que había ocurrido durante la Eucaristía. Todo el mundo estaba revolucionado, porque Denis nunca había hecho algo así. Era evidente que solo Jesús había podido obrar aquella transformación. Para nosotros estaba claro que Jesús había descendido en persona para unirse al pobre y transfigurarlo…
Padre Janusz, Polonia

Franco
Franco formaba parte del equipo de acogida del último encuentro de responsables de Fe y Luz en Roma. A pesar de su discapacidad, o más bien gracias a ella, nos recordaba a todos para qué y para quién estábamos ahí. Fui a tomar un café con Peter, el delegado de Singapur, entre dos sesiones sobre las finanzas y le dije:
- "¿Ves a Franco? Todo el trabajo que hacemos aquí es para Franco y sus amigos. Si olvidamos eso estamos perdiendo el tiempo."
Entonces le dije a Franco:
- "Franco, ven, necesitamos tu oración."
Inmediatamente Franco puso las manos sobre nuestras cabezas, rezó por nosotros y nos bendijo dibujándonos una cruz sobre la frente.
Este breve momento con Franco me conmocionó mucho; de hecho durante todo el encuentro fue como un icono de Jesús para mí.
Padre John, Países Bajos

¿El icono de una comunidad de Fe y Luz ?
¿Jesús en el Calvario, su madre y Juan, su amigo no son el icono de una comunidad de Fe y Luz ? Jesús, el niño que sufre de un sufrimiento incurable, María, la madre, cuyo corazón es traspasado, impotente pero infinitamente presente, Juan, el amigo, movido por la compasión y la fidelidad. Los tres están unidos en un mismo espíritu de confianza en Dios, una pequeña comunidad de oración sin palabras, salvo la última palabra de Jesús : "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu."
Padre Joseph Larsen (antiguo consiliario internacional)

La belleza de Fe y Luz
La belleza de Fe y Luz, es demostrar que en situaciones en las que no podemos hacer mucho, siempre hay algo para vivir.
Mons. Perrier, (obispo emérito de Tarbes-Lourdes)

Su amor y su oracion
El 11 de febrero (Nuestra Señora de Lourdes), la Arquidiócesis celebró una misa especial para los personas enfermas Participamos con nuestros "hermanos" y "hermanas" que han recibido la unción de los enfermos. Uno de ellos quería decir una palabra al final, aprobado por el Cardenal. Dijo: "Hay personas entre nosotros que se dicen 'anormales', yo soy uno. Pero también somos hijos de Dios y les pedimos no recharzarnos, no burlarse de nosotros, sino hacernos sentir su amor. No estamos pidiendo dinero sino su amor y su oración." Tenía que verle con su cuerpo deformado y su voz pesada. Muchos lloraron y aplaudieron, mas que para el sermón del Cardenal.
Padre Hans Putman, Sudan

Gracias,  Dios mio
Pienso con gratitud que Dios usó la espiritualidad de Fe y Luz durante todos estos años: me hizo progresar en mi manera de ser perfeccionista y en la relación con los demás, me ayudó a ser paciente, a perdonar y no buscar defectos en todo. Pero especialmente a través de las personas con discapacidad intelectual, me acercó a El cada vez más para descansar en su amor. Y lo digo sobre todo porque la espiritualidad de Fe y Luz es también la de mi congregación (Sagrado Corazón), y en mi vida le han visto encontrar la una de la otra, como una complementariedad. Una vez más, Gracias Padre!
Padre Vicente, Brasil